sábado, 2 de mayo de 2020

Y después de 50 días, por fin, empezamos a ver la luz.

Añado esta entrada, henchido de felicidad, después de casi dos meses de confinamiento. Y lo que queda, claro está, aunque estas pequeñas medidas de alivio a muchos, o a casi todos, nos dan la vida. Tiempo en el que hemos tirado de ingenio para poder hacer algo de ejercicio, siempre dentro de casa. Tiempo en el que, por desgracia, muchos se han quedado por el camino.


Por eso hoy, desde que amanecía, estaba pendiente del reloj para levantarme a tiempo de poder salir, por fin, con mi bici para recorrer los caminos, para respirar el aire puro, mas puro ahora que nunca, para disfrutar de los campos llenos de vida, pletóricos en esta primavera que el maldito virus nos ha robado.





Me produjo también mucha alegría ver la cara de paseantes, con conviviente o sin él, la cantidad de gente corriendo o montando, como yo, en bici. Pero siempre guardando la distancia de seguridad, como es debido. Y, creo también, con una pizca de cierto temor.



Finalmente, cuando volvía a casa, me sorprendió y alegró muchísimo ver como salían de su casa mis vecinos, era su turno, él con sus bastones y ella, mejor de salud, delante abriendo camino. "Nuestro primer paseo", me dijeron. Seguro que lo disfrutaron tanto o más que yo.

lunes, 16 de marzo de 2020

Rutas en bici: Casa de Campo. Boadilla. El Escorial. York...

    Una pequeña muestra de otra de mis grandes pasiones: El ciclismo. Sobre todo por caminos, montes y sierras. 
    Comencé a practicar esta actividad de forma regular hace diez años cuando compré con el asesoramiento de mi buen amigo Bravo— la añorada Orbea Compair que tantas satisfacciones me dio durante más de seis años.
    Eran rutas por la Casa de Campo y anillo ciclista de Madrid, principalmente. Con alguna que otra ruta con Bravo entre el barrio de San Fermín y San Martín de la Vega.


    Debajo, la que supuso un importante salto de calidad y cantidad en la práctica de este deporte mi Specialized S-Works, un pepino de bici— que, con la ayuda de Eduardo, personalicé y mejoré casi por completo. Prácticamente cambié todo a excepción del magnífico cuadro de carbonotija también de carbono, bielas Shimano XTR, sillín y manillar.

    Fueron dos años de grandes rutas, muchas de ellas con Eduardo, quién me impulsó a dar un paso adelante descubriendo nuevos caminos, bastantes, por y hacia los bosques y montes de Boadilla; grandes desconocidos para mí hasta entonces. Otras hacia Villaviciosa y, además, por zonas de Cuatro Vientos. Aumenté como dije antes— tanto la frecuencia de las rutas como la dificultad de las mismas.


En Boadilla del Monte
En el lago Butarque, ruta realizada con Rícar
En un bosquecito por Cuatro Vientos. Os prometo que no derribé el árbol chocando con el mismo...jeje...

     Durante todo ese tiempo (2016, 2017 y 2018) también hubo rutas por estribaciones de la sierra de Guadarrama. Como la que realizamos hasta el Palacio de El Escorial. 

  La foto es la de mi perfil del blog, una de mis favoritas


Finalmente, os presento mi Orbea OiZ...pata negra...




Una última foto, de hace bastantes años ya, explorando caminos por la pérfida Albión, cerca de York



    En fin, nos vemos por los caminos, no ahora que, a causa del maldito virus, está  prohibido. Pero lo superaremos, todos unidos, y, seguramente en no mucho tiempo, estaremos otra vez dando pedaladas.

martes, 10 de marzo de 2020

Reuniones en La Cumbre: El Yelmo por vía Valentina

Inauguro este blog, con la inestimable ayuda de Rícar y después de muchos intentos y tiempo dedicado, para mostrar unas pinceladas de una de nuestras múltiples incursiones por La Pedriza. También como breve homenaje y reconocimiento a Carlos que tanto nos enseñó...un gran abrazo, amigo.

En esta ocasión después de insistir mucho— conseguimos convencer y animar a Fernando para que subiera a El Yelmo por vía Valentina, con nosotros; ya que las otras veces nos habíamos reunido en la cima después de subir él a través de la diaclasa norte.

Como siempre afianzamos nuestras escaladas en adherencia— con cuerda para evitar cualquier  posible incidente.


Durante la ascensión se observan panoramas y vistas únicas de un admirable paisaje, en los descansos en las reuniones y agrupamientos. Instantes genuinos en los que aprovechamos para revisar materiales y compañeros

Aquí, los cuatro, a unos metros de llegar a la cimacon la adrenalina a tope después de un ascenso lleno de emociones, mutuo aliento y, muy importante, sin incidentes.


Al igual que otras veces, en nuestras Reuniones en La Cumbre en estos y otros parajes, una saludable, con clase como nosotros, e improvisada mesa de mantel, con añejo...en vasos de acero. Cada uno de nosotros transporta, en su mochila,  una parte de las viandas, ensaladas, deliciosos panes con semillas y pipas, patés con hierbas, cubiertos, platos y vasos de acero, y demás útiles tan necesarios para tan opíparo almuerzo después de llegar a la cima (el maestro de ceremonias piensa que la montaña y la escalada no entran en contrariedad con la elegancia). 

Brindamos con gran reserva, bombones y, de los termos, café, solo o con leche muy caliente. 
Como ninguno fuma, soplamos a favor de favonio viento del Oeste— apreciando la suavidad del atardecer que nos espera.



Sobre un gran canto rodado de roca, en el centro de la imagen superior, se observa un magnífico ejemplar macho, de cabra montés y, debajo, una fotografía de una enorme roca caballera con forma de muela. Paraidoleas que refuerzan las características imaginarias y fantasiosas que componen la extensa geomorfología de este lugar único dentro del Sistema Central, en la falda sur de la Cuerda Larga y al lado de la Sierra del Francés. Formando parte, actualmente, del recién constituido, en 2015,  parque nacional Sierra de Guadarrama.



Como colofón un día sin contratiempos— disfrutando de hermosos parajes de los que no cansan, pero agotan y, sobre todo, de la compañía de compañeros y amigos de tantas rutas. Trochas por rehacer una y otra vez.
Y las que nos quedan; eso espero. BenLuc