lunes, 18 de enero de 2021

La nevada


Dedico esta nueva entrada a la gran nevada que se produjo en Madrid, y en otros muchos lugares, entre el jueves 7 y el sábado 9 de enero de este 2021 que ha empezado tan convulso.

Todo empezó el jueves. Estábamos avisados desde hacía tiempo, aunque, como en la fábula "el pastor mentiroso" mas conocido como cuento de Pedro y el lobo, no nos lo acabábamos de creer. Al menos, nadie suponía que la nevada iba a ser de tal magnitud e iba a dejar estos estragos. 
Pensando que podría nevar algo, planeé con Edu salir con las bicis ese mismo día. La primera parte de la ruta transcurrió con cierta decepción ya que solo caían unos tímidos copitos de vez en cuando. 


Fue, llegando al cerro de Garabitas, en la Casa de Campo, cuando la cosa empezó a animarse y, en poco mas de media hora, el paisaje cambió completamente dejándonos estas bellas estampas. Animados por este inusual acontecimiento, al menos aquí en Madrid, decidimos hacer una nueva subida y posterior descenso por senderos con mucho flow, como diría Edu. Con muchas paradas, para inmortalizar el momento 😍. Llegué a casa tiritando de frío, pero mereció la pena 💪.

Ya el sábado la cantidad de nieve era descomunal y la gente empezó a salir a la calle a disfrutar con raquetas, esquís o, simplemente, pasear, no sin dificultad, y tomar muchas fotografías junto a familiares y amigos.


A partir de ese día, después del teletrabajo, dediqué casi todas las horas de sol a  pasear por los diferentes parques y explorar los lugares menos, en ocasiones nada, transitados. 
Empecé por el parque de Las Presillas,  en Alcorcón. 


Arriba podemos ver el lago y debajo el arroyo que va recorriendo el parque.




Y aquí, el arroyo completamente helado.


En la fotografía de arriba podemos ver los estragos que el temporal de nieve Filomena ha dejado en todos los parques de la Comunidad, con la mayoría de árboles afectados.


Y, por último en el paseo de ese día, tomé unas fotos de los castillos de Valderas.

Al día siguiente, disfruté andando sobre nieve sin pisar, apenas una hilera de huellas que facilitaba un poco el caminar, ya que la cantidad de nieve acumulada por ciertas zonas sigue siendo enorme. Esta zona se encuentra detrás del C.C. Tres Aguas, cerca de Venta la Rubia


En la fotografía podemos ver al fondo la sierra, también con mucha nieve, como no podía ser de otra forma.
Un día después, fui hasta el parque de Polvoranca, muy poco transitado estos días y donde las cantidades de nieve hacen que sea difícil caminar por sus sendas escondidas. El lago estaba completamente helado. 




En esta imagen podemos ver la iglesia en ruinas rodeada de nieve.

Ya el jueves 14, recorrí algunas calles del centro de Madrid para ver como estaba la situación allí, una semana después de la caída de los primeros copos de nieve.


Para finalizar, os dejo una instantánea tomada entre Alcalá y Gran Vía, con el edificio Metrópolis.


sábado, 2 de mayo de 2020

Y después de 50 días, por fin, empezamos a ver la luz.

Añado esta entrada, henchido de felicidad, después de casi dos meses de confinamiento. Y lo que queda, claro está, aunque estas pequeñas medidas de alivio a muchos, o a casi todos, nos dan la vida. Tiempo en el que hemos tirado de ingenio para poder hacer algo de ejercicio, siempre dentro de casa. Tiempo en el que, por desgracia, muchos se han quedado por el camino.


Por eso hoy, desde que amanecía, estaba pendiente del reloj para levantarme a tiempo de poder salir, por fin, con mi bici para recorrer los caminos, para respirar el aire puro, mas puro ahora que nunca, para disfrutar de los campos llenos de vida, pletóricos en esta primavera que el maldito virus nos ha robado.





Me produjo también mucha alegría ver la cara de paseantes, con conviviente o sin él, la cantidad de gente corriendo o montando, como yo, en bici. Pero siempre guardando la distancia de seguridad, como es debido. Y, creo también, con una pizca de cierto temor.



Finalmente, cuando volvía a casa, me sorprendió y alegró muchísimo ver como salían de su casa mis vecinos, era su turno, él con sus bastones y ella, mejor de salud, delante abriendo camino. "Nuestro primer paseo", me dijeron. Seguro que lo disfrutaron tanto o más que yo.